6 ene 2010

Pamela

De regreso del trabajo, desde la esquina se alcanza a ver la azotea de la casa. Me acordé, ¡tengo ropa tendida!, llegando a casa voy a bajarla, miré a la azotea, y vi un Globo atorado en la barandilla.

Era un globo rojo, que algún niño había mandado a los Reyes Magos, llamó mi atencion que la cartita estaba apunto de soltarse del endeble hilo, corrí a sujetarla. Cuando la tome me llamó la atención la textura que se percibía, cuando alguien escribe con mucha fuerza regularmente a la vuelta de el papel, se pandea dando una textura muy curiosa; la verdad no me pude contener y la empecé a leer.

Unos minutos después una lagrimita recorría la curvatura de mi mejilla, y necesitaba en serio, una corona un elefante y una capa, porque quería cumplir los deseos de esta pequeñita. Su carta decia:

Queridos Santos Reyes, este año me he portado bien, ya me aprendí las tablas de multiplicar, la del 8 a veces se me olvida un poquito y casi siempre me saco 10 en dictado.

Quiero pedirles 3 deseos.

1.-Unos huesitos para mi perrito Cachun, porque no me gusta que ande comiendo basura en la calle.
2.-Una escoba nueva para mi abuelito, para que le den más propinas por barrer bien las calles.
3.-Para mi unas plumas de muchos colores, porque mi pluma roja que tengo ya se me va a acabar y si se me acaba ya no voy a poder hacer mi tarea.

Pamela.



Mis hijos han pedido juguetes que en una semana dejaran botados queriendo otros, yo cuando niña también lo hice así, y jamás pedí algo para alguien más que no fuera yo.

Mi querida Pamela no se donde vives, pero si pudiera con gusto sería tu Rey Mago.

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