12 may 2009

Con eso de las Influenzas

Debo admitir ése lunes en que la histeria colectiva se encontraba en su mayor apogeo y que para amenizar más el hambiente tembló, ma cai que si creí que ese momento anunciaba el fin del mundo.

Aqui en la capirucha en todos lados se veía a personas con sus cubrebocas, por ésos días recuerdo estar haciendo fila para el cajero, yo era la única sin cubrebocas y pensé "bueno igual y no me infecto si alguno de estos trae el virus lo detendrá el cubrebocas".

Luego de algunos días de total tedio y de resguardo en casa, cuando ibas a cualquier lugar en busca de la renta de alguna película o videojuego todo estaba agotado. Ahora el gran mounstro Defeño a despertado calles y avenidas han vuelto a tener el mismo flujo de cardúmenes de coches a todas horas, cual natural es por aqui.

En mi oficina se tomaron varias medidas de seguridad, (mm...) más bien de salubridad, no nos dejaron comer juntos a todos en el comedor, para que no hubiera "amontonamientos", limpieza inmaculada en los baños y en los botones de elevadores, manijas de puertas etc., lavarse las manos constantemente y sobre todo se pidió no saludar ni de beso ni de mano.

Eso del saludo a casi la mayoría le viene valiendo.

En la mañana, paso regularmente al baño antes de empezar con mi trabajo, una de mis compañeras, que ha venido usando el cubrebocas religiosamente todo el día a todas horas, incluso antes de que el Secretario de Salud lo solicitara. Entró al baño y se lavó las manos de modo quirúrjico, raspando todos los recobecos incluso abajo de su blusa de manga larga. Especial cuidado tuvo en tomar el papel para secarse y depositarlo en el cesto de basura. Yo me quede boquiabierta del grado de limpieza, ¡se imaginan su lugar!, seguramente limpia con cotonnette entre botones del telefono, ó usa un spray antibichos de oficina en su compu y su teclado, por su puesto que el ritual de las manos lo celebra mínimo cada hora y me queda muy claro que no ha dado ni recibido un beso en unos 15 días.

Cada quien su vida, cada quien sus bichos.

Lo que creo es que esto de la epidemia de la INFLUENZA PORCINA, para lo único que ha servido es para identificar los niveles de miedo con los que vivimos y de lo fácil que resulta aún poder cambiar la opinión de la gente con el poder de los medios de Comunicación, término que pienso debería cambiarse por Medios para Saturación de Información.


Vivamos con precaución, no con miedo.