10 jul 2008

En el jardín de la Testosterona

Arrivé el 7 de julio, llovía como si el cielo se quejara amargamente de mi pasado, que por cierto cabe mencionar quedó atras.

Al entrar ya contaba con un apellido, fue una cuestión de la respuesta a una pregunta la que me dió mi nuevo apellido "belidancer", si fuera tan sencillo explicar los movimientos lunares y solares que hago con mi cadera, créanme, lo haría, pero aqui en el jardín de la testosterona eso está de más.

Aún no me adapto al clima, ni a la calma; ¿porqué extrañamos la mala vida?, por que tendemos a resentir los cambios positivos añorando fechas de carencias pasadas; es condición humana, tal vez.

En este jardín hay mucho por conocer, por el momento soy el objeto de análisis, ¿cuánto podria durar, una semana tal vez dos?. siento que al convivir, donde no veo todos me ven, a donde veo, me observan y donde observo no se dan cuenta. Sutilezas de mujer.

Espero que tarde el momento de qujarme, llegará si, lo sé, me conosco sólo pido que tarde en llegar.

Por cierto soy la única flor en el jardín.
¿entendiste esto?

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