17 abr 2008

Ayer por la noche

Me lavaba las manos en el baño de abajo en mi casa cuando escuché la voz de mi hermana que decía: "Nos acaban de asaltar a mi novio y a mi".

Creerías que tal vez a la salida de un restaurante o de un centro comercial, en el estacionamiento de algún cine, en algún parque, dentro de alguna tienda de abarrotes, en una "micro", en un taxi, en el propio coche de su novio, o en una "x calle"; pues no, el asalto fué a un metro de distancia de la puerta de mi casa.

Serían pasadas de las 10:30 PM.; México ya había anotado su primer y único gol frente a China, cuando escuché la voz quebrantosa de mi sister, salí pronto, vi a su novio, intentaba prender un cigarrro, el temblor de sus manos no lo dejaba, mi hermana tomo rápido el teléfono y llamó a la policía, los demás miembros de la familia salimos a la calle; ahora que lo pienso, no sé con que objeto, como si ahí, justo afuera estuviera el delincuente esperandonos para, ¿pedirnos disculpas?; no sé, mi papá incluso se fue hasta la esquina de la calle, esperando ver algo pero... por supuesto nada.

Cuando por fin se logró calmar mi cuñado nos contó que ya estaban a punto de despedirse, entonces él vió a un "chavo" que caminaba desde la esquina, pero por la acera de enfrente, era un tipo jóven, delgado y de cabello rizado, cuando hubo llegado a media calle la cruzó y en pleno camino sacó su arma, llegando hasta el y apuntándole en la cabeza. Le dijo a mi hermana que no se le ocurriera hacer el mínimo ruido si no, dispararía, les quitó sus celulares, su dinero y algunas joyitas; con todo mi cuñado aún se animó a decirle al asaltante que le dejara sus credenciales, que se llevara sólo su dinero, a lo que el tipo dijo: ok.

Me dispuse entonces a llamar a la compañía de celulares para dar debaja los números de los agraviados, consolé a mi hermana que había caído en un sobrevuelo de histéria y coraje; yo tambíen sentía coraje mezclado con impotencia, por que en poco más de 30 años que llevamos viviendo en esa casa, en esa calle, nunca hasta ayer había sucedido algo similar, me preguntaba, ¿bueno es que ya no se está seguro en ninguna parte?, era como sentir una especie de abandono, como si se hubiera roto un círculo que hasta entonces había dado seguridad.

Se fué el novio de mi hermana. Llegué al regazo de mi cama con mis 3 almohadas y me hice rosquita justo como cuando tengo miedo, en esta ocasión era este miedo más otra espesura de sentimientos que poco a poco me fueron arrullando hasta lograr soltar mi cuerpo y poder dormir.


Por cierto, jamás llego una pinche patrulla.

1 comentario:

Mau dijo...

CIE...
LOS...

que mal plan emana. cuando me he ido de tu casa a las 10.30 si la pienso pero no manches... que descaro. ya de plano en FRENTE de tu casa ya es mucho.