23 oct 2007

Sistema

Hace unos días alguien me decía: "Yo soy antiSISTEMA".

Caminaba de regreso a casa por el mismo camino de siempre y por la misma calle que recorro luego de haberme bajado de la micro de siempre.

El asfalto estaba mojado y en ciertas esquinas específicas pintaban ciertas figuras de agua "charcos" ( no hay más que la presición en las palabras). El cardúmen de personas que bajamos del transporte caminábamos por la misma dirección y sin querer, o queriendo formamos una fila sobre la banqueta, yo era la segunda persona y creo que detrás de mi venían otras 5.

Tenía muchas ganas de rebasar a "la gordita" que iva delante mio, pero no podía en los pies calzaba ese día algo más perturbante que un yunque, traía unas "zapatillas de charol negro".

Cuando me pasaron el catálogo de zapatos, las chicas del trabajo sentí, como siempre esa misma emoción, ese mismo vértigo de querer comprarlo todo y saber que para poco, repito muy poco me alcanza, así que pasába página a página y procuraba enraizar más la retina en esos numeritos que marcan el precio, asi de esta forma -pensé- podría ser más fácil elegir el nuevo par.

Unas zapatillas de charol negro fueron las elegidas, creo que desde que iva a la primaria no me había vuelto a poner algo de charol, por lo menos no en los pies.

Las condenadas zapatillas son harto bellas y ¡caray! que bien lucen... pero, no me permitían rebasar a esa "gordita" en cuestión, uno, porque con el piso mojado, debía tener gran y meticuloso cuidado en cada paso que daba por lo tanto la velocidad de mi caminar se veía disminuida y dos, porque de haber podido acelerar con todo y zapatillas de charol negro, la banqueta era muy estrecha y estaba flanqueada por algunos obstáculos como árboles y bajaditas de las entradas de garages, además de una larga fila de coches estacionados y por supuesto de enormes charcos de agua.

Llevaría como 4 pasos y esa conversación del "yo soy Antisistema" la traía en la cabeza bien pero bien pegada; ni más ni menos ene ese momento me encontraba en un brazo, en un apéndice en una greña de ESE sistema.

Cuán desagradable fué para mi, mi propia imágen.

Justo la fauna que caminaba ahí, al igual que yo, por la facha, a fuerza que regresabamos de trabajar (artos, cansados, insoportables) seguro que cada uno en su mente venía maldiciendo algo: su vida, su trabajo, su pareja, la lluvia, el tráfico.

Nadie rebasó a nadie, hasta llegar a la siguiente esquina donde todos dimos la vuelta a la izquierda para llegar al metro, me resbalé más de 3 veces pero logré contener el equilibrio al llegar al metro, esperé un poco a que pasara uno con asientos desocupados lo abordé y me senté ... sin más saque mi cuaderno y me puse a aescribir esto.

Levante la mirada,
tenía a 6 tipos frente a mi,
no recuerdo sus diferencias,
seguro por culpa de este maldito SISTEMA.

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